Sacerdote detenido en medio de tensiones entre el Gobierno y la Iglesia Católica en Nicaragua

Managua, Nicaragua.

El sacerdote Floriano Ceferino Vargas, encargado de la parroquia San Martín de Porres en Nueva Guinea, fue detenido por la Policía Nacional de Nicaragua tras oficiar una misa el domingo, según denunció la organización Monitoreo Azul y Blanco. Vargas se encuentra desaparecido desde entonces, y la organización exige al Estado información sobre su paradero, su liberación inmediata y respeto a su integridad física.

La detención se produce en un contexto de tensiones entre el Gobierno de Daniel Ortega y la Iglesia Católica, agudizadas desde las protestas sociales de 2018. El régimen ha sido acusado de encarcelar, desterrar y reprimir a religiosos, mientras que el Papa Francisco ha condenado estas acciones calificándolas como una “dictadura grosera”.

En respuesta a esta situación, los obispos de Centroamérica, reunidos en el Secretariado Episcopal de América Central (Sedac), convocaron a una jornada de oración el próximo 8 de diciembre bajo el lema "Gritamos con Nicaragua", para solidarizarse con los fieles del país.

Por su parte, el Papa Francisco expresó en una carta su cercanía con los católicos nicaragüenses, destacando su apoyo durante la Novena de la Inmaculada Concepción. La misiva llega en un momento crítico, marcado por la expulsión de religiosos y el deterioro de las relaciones entre el Vaticano y el régimen de Ortega.

Desde 2018, al menos 245 religiosos han sido forzados al exilio o expulsados de Nicaragua, incluyendo obispos como Rolando Álvarez y Silvio Báez, según un estudio de la investigadora exiliada Martha Patricia Molina. Además, al menos 19 religiosos han sido declarados “traidores a la patria” y despojados de su nacionalidad.

Organizaciones como el Colectivo Nicaragua Nunca Más denuncian que la Iglesia Católica enfrenta la peor represión de su historia bajo el actual gobierno sandinista, describiendo un clima de persecución sin precedentes en el país.