La postura ha suscitado críticas desde diversos sectores provocando un nuevo enfrentamiento entre la opinión pública y el Gobierno.
Honduras03 de enero de 2025
Redacción El Estelar
Tegucigalpa, Honduras.
El inicio de 2025 ha estado marcado por una polémica en la política exterior de Honduras hacia los Estados Unidos. La presidenta Xiomara Castro advirtió que la base militar de Palmerola "no tendría razón de existir" si se concreta una deportación masiva de hondureños desde tierras estadounidenses.
Esta declaración ha generado críticas desde sectores políticos, empresariales y religiosos en Honduras, quienes consideran que esta posición podría ser contraproducente para los intereses nacionales.
Dirigentes del Partido Nacional calificaron la medida como "un ataque a Estados Unidos" y acusaron al gobierno de fomentar la polarización. Por su parte, representantes del Partido Liberal señalaron que Palmerola es clave en la lucha contra el narcotráfico, insinuando que la familia presidencial podría tener motivos ocultos para buscar su cierre, similar a la denuncia del tratado de extradición.
Desde la iniciativa privada, empresarios hondureños calificaron la postura como "patética" y la tacharon de chantaje hacia el principal aliado comercial del país. "La pobreza, el desempleo y el subdesarrollo no se combaten amenazando, sino con diálogo y políticas económicas sólidas", expresaron.
En contraste, el vicecanciller Gerardo Torres defendió la postura del gobierno, asegurando que no se trata de un chantaje, sino de una respuesta ante posibles atropellos hacia los migrantes hondureños. "La presidenta lo que dice es que, en el caso de que eso llegue a pasar, Honduras responderá. ¿Qué esperan esos empresarios y voceros, que nos quedemos callados mientras atropellan a nuestros compatriotas?", cuestionó Torres durante una entrevista radial.
El funcionario también destacó que la postura de Honduras busca establecer un diálogo entre iguales con Estados Unidos. "Así como Estados Unidos tiene interés en mantener su posición geopolítica en Honduras, nosotros tenemos interés en garantizar el bienestar de nuestra población migrante", afirmó.
Finalmente, el vicecanciller recordó la importancia de las remesas enviadas por los migrantes, que en 2024 superaron los 9 mil millones de dólares. "Los migrantes sostienen este país, y como gobierno tenemos la responsabilidad de defender sus derechos", subrayó.
Por su parte, líderes religiosos como el cardenal Óscar Andrés Rodríguez hicieron un llamado a la conciliación, instando a evitar divisiones que afecten el futuro del país. "Si seguimos dividiendo a la familia hondureña, no tenemos futuro", advirtió.
La controversia llega en un año electoral tanto en Honduras como en Estados Unidos, lo que añade presión a las relaciones bilaterales en un contexto de endurecimiento de la política migratoria por parte de la administración
En un mensaje emitido el 1 de enero de 2025, la presidenta hondureña Xiomara Castro expresó su preocupación ante las declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha reiterado su intención de implementar deportaciones masivas de migrantes indocumentados, incluyendo a miles de hondureños que residen en territorio estadounidense.
Castro afirmó que, de concretarse estas medidas, la base militar estadounidense ubicada en Palmerola, Comayagua, "perdería razón de existir".
La mandataria hondureña hizo un llamado al diálogo constructivo y amistoso con la nueva administración estadounidense, esperando que no se tomen represalias innecesarias contra los migrantes hondureños, quienes, según ella, aportan significativamente a la economía norteamericana.
Estas declaraciones han generado diversas reacciones en Honduras.
Analistas y sectores críticos consideran que la postura de Castro podría interpretarse como una política hostil hacia Estados Unidos, lo que podría afectar las relaciones bilaterales y la cooperación en áreas clave como la seguridad y el combate al narcotráfico.
Por su parte, líderes de la oposición han calificado las declaraciones como un intento de chantaje, señalando que acciones de este tipo podrían poner en riesgo la estabilidad económica y social del país.
La base militar de Palmerola ha sido un punto estratégico para Estados Unidos en Centroamérica desde su establecimiento en la década de 1980, facilitando operaciones conjuntas en la región, especialmente en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.
La posible revisión de los acuerdos militares entre Honduras y Estados Unidos añade tensión a la relación bilateral en un momento crítico, considerando que la administración Trump ha anunciado una línea dura en materia migratoria.
Se espera que en las próximas semanas se lleven a cabo reuniones diplomáticas para abordar estas preocupaciones y buscar soluciones que beneficien a ambas naciones, priorizando el bienestar de los migrantes y la estabilidad regional.
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