La caída de Bashar al-Assad y la situación en Siria serán debatidas en el Consejo de Seguridad de la ONU

Washington, Estados Unidos.

El Consejo de Seguridad de la ONU celebrará este lunes una reunión a puerta cerrada para discutir la situación en Siria, luego de la caída del gobierno de Bashar al-Assad, que puso fin a casi 14 años de conflicto. Esta sesión fue solicitada por Rusia, aliado del mandatario sirio, que proporcionó apoyo militar a las fuerzas de Assad a lo largo de la guerra civil.

El rápido avance de los rebeldes, liderados por el grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS), derivó en la captura de ciudades clave como Alepo, Hama y Homs en cuestión de días, lo que provocó la huida de Assad junto a su familia hacia Moscú. La caída del gobierno sirio dejó en el aire muchas incógnitas sobre el futuro del país y su gobernanza.

Rusia, uno de los principales actores internacionales en el conflicto, solicitó la sesión del Consejo de Seguridad para abordar los posibles efectos del cambio de poder en Siria, especialmente en relación con la misión de mantenimiento de la paz de la ONU en los Altos del Golán, área de tensión entre Siria e Israel. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó el despliegue de tropas en la zona de amortiguamiento vigilada por la ONU, después de que las fuerzas sirias abandonaran sus posiciones.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, expresó en un comunicado que Estados Unidos está comprometido con un proceso de transición pacífica en Siria, en el que el pueblo sirio pueda mantener las instituciones estatales y recibir ayuda internacional para la reconstrucción. Blinken también subrayó la necesidad de responsabilizar a Assad por los crímenes de guerra cometidos durante la guerra civil, incluido el uso de armas químicas en 2013.

Por otro lado, la caída del régimen de Assad ha generado celebraciones en diversas ciudades sirias, especialmente en Damasco, donde los rebeldes abrieron las cárceles del gobierno, liberando a miles de prisioneros. Sin embargo, las divisiones internas persisten, con combatientes respaldados por Turquía enfrentándose a las fuerzas kurdas aliadas de Estados Unidos en el norte del país.

Con la intervención de potencias internacionales y la presencia de grupos extremistas como el Estado Islámico en ciertas regiones, el futuro de Siria sigue siendo incierto. Mientras tanto, la comunidad internacional observa de cerca cómo se desarrollan los acontecimientos, con la esperanza de que se pueda lograr una paz duradera en un país devastado por años de guerra.